domingo, 20 de abril de 2014

ISLAMISMO Y CRISTIANISMO.


El Islam es tan beligerante contra las libertades como pueda serlo
el cristianismo en cualquiera de sus variantes. Hay, sin embargo, una diferencia evidente, no estructural, pues ambos credos combaten con igual energía cualquier atisbo de impiedad, sino social.

Europa y el resto de países cristianos cuentan en su historia con una serie de fenómenos sociales que han ido moldeando su peculiar manera de entender las manifestaciones religiosas: la Ilustración, el positivismo, la revolución industrial, el capitalismo y, en nuestros días, el neoliberalismo han servido de dique de contención para el pensamiento religioso medieval, tan atroz y cerril como algunas de las actuales manifestaciones del Islam.

Estas manifestaciones culturales no se han producido, o han tenido mucha menor intensidad en los países tradicionalmente islámicos. Por esta razón, la religión ocupa allí la misma posición que ocupaba en Europa durante la Edad Media, hasta que fue apartada a mayor o menor distancia del Estado en sí.

El Islam es una religión tan pacífica como cualquier otra. Existen, sin embargo, numerosísimos grupos de radicales, fanáticos, iluminados religiosos que optan por una acción política más enérgica, violenta incluso(1). 
La "tendencia" a la violencia en el mundo islámico habría que buscarla en las condiciones de vida de sus gentes, antes que en la doctrina inherente a esta religión(2). 
Por otra parte, es muy curioso que el fenómeno de la violencia islámica coincida en el tiempo con, precisamente, la caída del muro de Berlín y la descomposición del bloque de países comunistas.

Resulta cuando menos chocante que el Islam, que hoy en día parece ser el origen de todos los males que azotan a Europa, haya permanecido en silencio durante siglos(3). Desde el punto de vista histórico, es como si el ruido de las piedras del muro de Berlín hubiera despertado a los mulás, ayatolás, muyahidines y demás artificieros.

La explicación, como casi siempre, está mucho más cerca de nosotros de lo que parece: una vez "vencido" el tradicional enemigo de Occidente, el comunismo, había que buscar un nuevo enemigo lo antes posible, que ya se sabe lo bien que cohesiona eso de tener un enemigo a las puertas. Los candidatos eran los moros, los negros subsaharianos y los pueblos indígenas de América del Sur. En definitiva: los candidatos eran los componentes de la lista de pueblos tradicionalmente no capitalistas.

Les tocó a los moros.

A partir de ahí (todavía no está nada clara la autoría de los atentados del 11 de septiembre), se desencadena toda una serie de mensajes propagandísticos que pretenden personificar el Mal en las propias sociedades islámicas. Y no sólo mensajes, lamentablemente: la guerra de Afganistán, la guerra del Golfo, la invasión de Irak, las crecientes escaramuzas de los israelíes contra el Líbano y Palestina no son sino la puesta en escena del combate que Occidente libra contra los que osan no someterse al credo neoliberal capitalista.

Mientras tanto, seguirá habiendo bombas y muerte por ambos bandos: los cristianos seguirán arrojando sus bombas sobre las poblaciones civiles inocentes en Afganistán e Irak. Los musulmanes, con menos recursos
económicos, seguirán poniendo bombas contra las poblaciones civiles inocentes en cualquier país de Europa o en EE.UU. Las guerras es lo que tienen.

Pretender que el Islam es una religión de nazis(4), o una religión violenta, es una simplificación rayana en lo infantil. Y, sobre todo, es una explicación malintencionadamente tendenciosa que cierra los ojos ante las agresiones de los fundamentalistas cristianos y se escandaliza hipócritamente cuando los que agreden son los fundamentalistas islámicos.

Confundir el Islam con los grupos violentos que operan en su nombre es un mensaje lo suficientemente simple como para que hasta los tontos lo entiendan. Y esto es verdad porque son precisamente los tontos los que más lo repiten. Se conoce que lo han captado a la primera.

Confundir el Islam con los grupos violentos que operan en su nombre es tan injusto como confundir el cristianismo con los grupos de fanáticos que en su nombre pretenden invadir países, bombardear el Líbano, negar
derechos fundamentales a homosexuales y lesbianas, imponer la educación católica en las escuelas públicas y, en definitiva, volver a los tiempos gloriosos de la ICAR, cuando participaba de una manera activa en la vida
política española(5).

Ni todos los musulmanes son violentos, ni todos los cristianos lo son, por supuesto. El mensaje, no obstante, que desde el fundamentalismo cristiano se está cacareando sin ningún tipo de recato es que lslam es igual a violencia. El argumento que sirve de base a esta afirmación es que en el mundo islámico no hay diferencia entre religión y estado, por lo que las guerras iniciadas por los occidentales serían "políticas", frente a las guerras de los moros, que serían siempre, claro, "religiosas". Que ya son ganas de cogérsela con papel de fumar.

Feyd Rauta(6)

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(1) El cristianismo también está lleno de grupos violentos, cuyo número y virulencia ha aumentado en los últimos cinco años: Guerrilleros de Cristo, Evangélicos, Opus Dei, por mencionar sólo tres.
(2) Cuando la vida es poco más que supervivencia, cuesta poco deshacerse de ella. Por eso la figura del suicida se da con muchísima más frecuencia en el Islam.
(3) Desde la invasión de la Península Ibérica, todo lo más que hicieron los musulmanes fue atacar a Israel, o defenderse de Israel, según se mire.
(4) Si hay una religión de nazis en sentido estricto, ésa es el catolicismo de Roma, que daba palmaditas en la espalda a Hitler por hacerle el trabajo sucio de desembarazarse de los judíos.
(5) Es muy esclarecedor ver que son precisamente los católicos más recalcitrantes los más inclinados a prohibir las manifestaciones culturales de los inmigrantes musulmanes en nuestro país, incluso los que no dudarían en apoyar una ley que los expulsase de aquí para "salvaguardar" las cultura española que, dicho en su boca, significa lo mismo que "cultura cristiana".
(6) Las probabilidades de que salga algún fanático católico llamándome "amigo de los moros", o deseándome que algún moro me ponga un petardo en el culo para que pueda comprobar su "bondad" son muy elevadas, vistos los
grupos de noticas en los que se publicará este post. Curiosamente, esas mismas personas que me atacarán por expresar libremente mis ideas son las que se quejan amargamente de que los musulmanes pertenecen a una religión
que no tolera disidencias.

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