miércoles, 27 de diciembre de 2017

PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO.


Las ciencias empíricas no pueden probar la inexistencia de un ser llamado “Abracadabra abracadabrante”, pues ante cualquier informe positivo que declarase no haberse topado con tal entidad, cabría siempre la respuesta de que el ser abracadabrante está fuera del alcance de nuestros instrumentos de experimentación, o incluso que no es perceptible en absoluto.
Así, la no existencia de una determinada entidad no puede establecerse en términos razonables, salvo que pueda derivarse de la imposibilidad de su existencia. La no existencia de un círculo cuadrado se deriva de su imposibilidad interna.
La no existencia de Dios estaría probada porque Dios es una entidad imposible, y lo es porque la noción que lo envuelve, la de un ser que reúne en grado sumo todas las perfecciones, es tan inconsistente como la de un triángulo equilátero con cuatro ángulos desiguales. No es concebible racionalmente que algo o alguien pueda ser a la vez omnipotente, omnisciente, sumamente bueno, justo, compasivo y providencial respecto de los demás seres libres. Hay un clásico: “Auschwitz es la prueba de no existencia de Dios. Existe Auschwitz, por lo tanto, no puede haber Dios.”

Fernando Sotomayor. CHILE.

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