martes, 23 de junio de 2015

PORQUE SABER FUNDAMENTA VERDADES.


Una persona es inculcada en creencias mitológicas, horizontalmente, por grupos de poder mancomunados con la política, y verticalmente, desde su propia familia.
Muchos tendrán dudas respecto a toda esa perolata incongruente en la que fueron adoctrinados, pero como así se lo enseñaron (sus padres, por ejemplo), no dudarán en creer toda la falacia bíblica (no sea que vayan a descubrir que sus padres ignoran muchas cosas).
Aunque por si acaso y afín de reconfortar sus ímpetus, acudirán en busca de respuestas con algún pastor o religioso practicante de turno, que inmediatamente los reubicará en el sendero corderil, mediantes, los argumentos arcaicos ya conocidos.
Otros menos, investigarán por cuenta propia si lo que les enseñaron sus familiares tiene asidero histórico y/o científico, para tomar consciencia de que sus padres y/o familiares, no eran tan conocedores de la cosa existencial o simplemente nunca les interesó la historia; por lo que se volverán agnósticos los menos decididos y ateos los más aventados.
La cuestión, es que gracias a la falta de interés por buscar verdades y a la liviandad con que las mayorías dentro de una sociedad acepta las cursilerías, la historia nos cuenta que llevamos algo así como 1500 años de atraso (para ponerlo en rasgos generales, atraso intelectual), porque durante todo ese tiempo, las mejores mentes que tuvimos fueron quemadas en las hogueras y otras atrocidades; datos éstos, que por supuesto, esos hijos de vecinos que tanto aman el fútbol, las telenovelas y llenarse de vástagos, aún siguen desinteresados en conocer, dado que les resulta aburrido interactuar con algún libro de vez en cuando.
Luego preguntan: ¿porqué los ateos hacemos mala propaganda de esos asuntos bíblicos y atacamos a las religiones...?

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